Cuando iniciamos en la fotografía uno de las particularidades más comunes es comenzar con retratos, quizá sea por ser uno de los más amplios ejercicios fotográficos. Es casi parte de nuestra naturaleza, a estas alturas de la vida, querer representarnos en la imagen y por ende fotografiar a otros desde esas perspectivas e imaginarios representativos. Nos encanta fotografiar a amigos y familiares o a todo aquel que se presta y que tiene algo que nos llama la atención, nos esforzamos para que las fotos gusten a los retratados pero también a nosotros mismos.
El cuerpo humano es bello por naturaleza y tiene una gran cantidad de elementos que te pueden dar mucho juego. Así que no te obsesiones con retratar caras e intenta, más bien, captar la personalidad del modelo. Un peinado, una mano en la cadera o un simple plano detalle del ojo pueden darte mucho juego a la hora de hacer un retrato diferente.
Referentes:
Como nos gusta el retrato, quienes toman los retratos que nos gustan. Ese es un punto de partida para aplicar a nuestro trabajo. Tener referentes no es copiar el estilo, por el contrario nos permite complementar, aprender y transformar nuestro interés ya que los contextos, las culturas, los escenarios son cambiantes. Parecernos a lo que nos gusta no es pecado, hay que trabajar duro para comprender nuestra propia técnica.
Objetivo fijo vs Zoom
Hay una idea errada de que el retrato es una especialidad fotográfica clásica y que para ello se necesita un equipo clásico, purista: cámaras de medio formato y objetivos fijos. Si bien cuando tienes la posibilidad de acceder a objetivos fijos te enamoras esto no es un requisito para un buen retrato, recuerda es el Indio no la flecha.
Una buena técnica se adquiere partiendo de los conceptos, el estudio y la práctica por tanto explorar los distintas herramientas en la medida en la que puedas acceder a ellas para mejorar en el ejercicio fotográfico.
Foto con 18-55
Fotos robadas:
Mi madre, quien nunca fue fotógrafa, decía que no tenía sentido poner a posa a la gente, que la gracia era tomar la foto mientras estaban descuidados. De ella aprendí a observar a las personas y buscar esos momentos en los que disparar hacen un buen momento, como la campaña de aquella marca, “Momentos Kodac”.
La idea es aprovechar una mirada, un gesto o una risa o carcajada. Cualquier elemento puede regalarte una instantánea perfecta. Estas suelen ser imágenes muy naturales que muestran lo más común de las personas.
Un modelo estático no siempre funciona:
Si él o la modelo interactúan con un objeto, no se concentraran en la cámara, se relajará y, como consecuencia, las fotos saldrán más naturales.
Lo que nos rodea:
Para esto la profundidad de campo será un gran aliado a la hora de componer. Abrir o cerrar el diafragma ayudará a incluir o excluir aquellos elementos del entorno en la composición, robar el protagonismo o concederlo al modelo. Esto conseguirá unas fotos más naturales, pues el modelo no se verá superpuesto en el entorno, si no que estará rodeado de él. Todo, desde un camino o un árbol puede ser transformador a la hora de obturar.
Una focal más abierta no siempre es la mejor
En función del fondo tras el modelo, debemos cerrar o abrir el diafragma, abrir nos produce un fondo desenfocado muy bonito y destacamos el modelo, pero le aislamos de su entorno, si tenemos un zapatero en su taller o una chica con traje de fiesta ante un bello edificio clásico, deberíamos cerrar el diafragma para poder captar toda la escena, ya que el fondo aporta fuerza al conjunto de la foto.
Dedo rápido:
Es muy común en la era digital que terminar con 100, 200 y hasta más obturaciones de una misma escena y ninguna te guste. Tener paciencia puede permitirte pensar en los elementos que hay para tu composición, esa es la clave, componer, qué es lo que quieres dentro de tu toma.
No escojas tus modelos solo por lindos
La belleza es muy particular y es un concepto que tiene muchas variables. En retrato es más útil un gesto, la mirada o lo que transmita una persona que el modelo en sí. No hay que obsesionarse con buscar belleza para conseguir tener un buen modelo de retrato.
Un retrato no es necesariamente de cara
Podemos encuadrar todo lo que desees, incluso el cuerpo entero. Ya sé que hemos dicho que debemos capturar el alma, pero ésta se encuentra por todas partes, no solo en el rostro.
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